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Sello Artesanía Indígena

Obras 2019

El Sello Artesanía Indígena cumplió en 2019 su cuarta versión. Este concurso de carácter nacional que convoca a artesanas y artesanos pertenecientes a pueblos originarios ha sido organizado desde el comienzo por la Subdirección Nacional de Pueblos Originarios (ex Departamento de Pueblos Originarios) del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en alianza con el Programa de Artesanía UC.

Las cuatro ediciones del Sello ya transcurridas, han posibilitado disponer de un panorama general del actual estado de las artesanías indígenas a nivel país. La artesanía es sin duda de una de las manifestaciones culturales más importantes para las culturas originarias, pues involucra ni más menos que a la porfiada persistencia de oficios que trasuntan y expresan en una serie de materialidades que luchan por mantenerse, una serie de conocimientos y saberes que se confunden con tiempos inmemoriales para estas culturas.

En esta versión, el Sello reconoció siete piezas ganadoras, donde las obras seleccionadas y sus creadores/as fueron reconocidos con el certificado oficial del «Sello Artesanía Indígena». Además, se otorgaron tres menciones honrosas.

Revisa el Catálogo de obras ganadoras y menciones honrosas 2019. Sello Artesanía Indígena.

Obras ganadoras

Obra Bandola aymara modelo Kantati de 12 cuerdas del artesano Abel Mamani del pueblo Aymara

La bandola aymara modelo Kantati de 12 cuerdas - Abel Mamani Gómez - Pueblo Aymara

Alto Hospicio, región de Tarapacá.

La bandola es un instrumento musical de 12 cuerdas, en este caso un modelo bautizado por su autor como «Kantati», concepto que en el idioma aymara se traduce como «amanecer». Este concepto ha sido resignificado por su autor como parte de un proceso en el que: «la gente [aymara] está despertando en todo sentido, está valorando más su cultura». Esta obra se enmarca dentro del oficio de la lutheria, es decir, el arte de construir y reparar todo tipo de instrumentos musicales. Mediante un ejercicio de apropiación cultural, que seguramente data desde hace muchos años, esa definición fue rebautizada en la cultura aymara como «luriri», que corresponde a la autodefinición que Abel Mamani hace de su profesión.

Abel Mamani Gómez reside y tiene su taller en la localidad de Alto Hospicio. Sus antecedentes familiares sin embargo, se ubican en el pueblo de Villablanca, ubicado en la comuna de Colchane, lugar considerado como una referencia para la música de las bandolas. No obstante haberse criado en la ciudad de Calama, región de Antofagasta, desde hace 18 años se dedica a confeccionar bandolas y también aerófonos sikuris. La motivación esencial para asumir hoy el oficio de luriri, Abel la inscribe dentro del desarrollo de revitalización cultural que los diferentes pueblos indígenas llevan a adelante. En su experiencia personal esto ha significado retomar integralmente y en un proceso no exento de dificultades, un oficio que no obstante contar con una amplia historia dentro de su ámbito personal y comunitario, se había interrumpido.

 

Obra Costurero de Coirón de la artesana María Fredes Muñoz del pueblo Mapuche.jpg

Costurero de coirón - María Fredes Muñoz - Pueblo Mapuche

Vichuquén, región del Maule

Costurero de coirón es una obra que se inserta en una larga tradición artesana local y familiar proveniente de la comuna de Vichuquén, ubicada en la zona costera de la región del Maule. El arte del tejido en coirón practicado por María Fredes –quien pertenece al linaje Calquín, una familia extensa mapuche de larga data en ese territorio– mantiene vivo un conocimiento que ha sido traspasado de generación en generación por las familias del sector de Uraco, en Vichuquén.

María Fredes Muñoz, es una artesana mapuche con más de 30 años de experiencia en el arte de la cestería. Desde los 8 años comenzó junto a su abuela a conocer el trabajo de la recolección y preparación de la materia prima, para luego cocer y confeccionar diferentes artículos utilitarios.

 

Obra Chañuntuko de la artesana Tránsita Neculfilo del pueblo Mapuche

Chañuntuko - Tránsita Neculfilo Huisca - Pueblo Mapuche

Milleuco, comuna de Panguipulli, región de Los Ríos

Chañuntuko, es una de las obras de la tradicional textil mapuche –un arte esencialmente de mujeres– asociada a los aperos de los caballos. Es precisamente la pieza que va entre el lomo del caballo y la montura, de ahí su intrínseca condición material suave y mullida. Al igual que la orfebrería en plata, es un artefacto cultural, que en conjunto con el oficio ecuestre en su totalidad, nos refiere a la época de la expansión sociocultural mapuche experimentada desde tiempos coloniales hasta fines del siglo XIX. La confección de esta pieza en particular, proceso en el cual como en el caso de todas y todos las artesanas indígenas, se condensa una labor que incluye cuidado de las ovejas, esquila, hilado, teñido y tejido.

Tránsita Neculfilo Huisca, vive y trabaja en el sector Milleuco, ubicado en la comuna de Panguipulli, región de Los Ríos. Aprendió su oficio por herencia familiar, comenzando a realizar sus primeros trabajos a la edad de 12 años. Sus conocimientos los adquirió básicamente por medio de la observación del trabajo que realizaban otras düwekafe o tejedoras mapuche. Tránsita actualmente cuenta 15 años de experiencia en el oficio, el cual ha ido perfeccionando mediante el contacto con otras tejedoras y también tomando diversos cursos de capacitación.

 

Obra Trapapel con Llef-llef y Sikil de placas del artesano Marco Pailamilla del pueblo Mapuche

Trapapel con Llef-llef y Sikil de placas - Marco Pailamilla Ortiz - Pueblo Mapuche

Temuko, región de La Araucanía

Trapapel con Llef-llef y Sikil de placas es un trabajo que rescata una joya que fue creada en el periodo de auge de la orfebrería tradicional mapuche, esto es la etapa previa a la incorporación a las repúblicas de Chile y Argentina, a fines del siglo XIX. Esta pieza reproduce en su diseño un adorno utilizado en ocasiones especiales por algunas mujeres mapuche de aquellos tiempos, constituyéndose por tanto en parte significativa de su indumentaria. 

Marco Paillamilla Ortíz, ejerce su oficio de rütrafe (platero mapuche) desde hace más de 35 años en la ciudad de Temuko, región de La Araucanía. Para llegar al actual desarrollo de su profesión, Marco ha cumplido un largo proceso de aprendizaje que ha contemplado todos los ciclos de formación y consolidación, primero como aprendiz del rütrafe ya fallecido Carlos Quintriqueo, para luego perfeccionarse en los talleres de la Universidad Católica de Temuko, donde ejerció la ayudantía por 6 años para después ejercer allí la docencia. Enseña también sus conocimientos en su taller Kilkaimapu. Marco ha exhibido su trabajo en diversas ferias nacionales e internacionales. Ha sido reconocido, además del presente Sello Artesanía Indígena 2019, como Maestro Artesano Tradicional el año 2014; ganador del Sello de Excelencia a las Artesanía 2017 y del Reconocimiento UNESCO a la Excelencia en la Artesanía el 2018.

 

Obra Pilwa lafkenche fina de la artesana Sandra Chihuaicura del pueblo Mapuche

Pilwa lafkenche fina - Sandra Chihuaicura Paillafil - Pueblo Mapuche

Conin Budi, comuna de Saavedra, región de la Araucanía

Pilwa lafkenche fina, corresponde a un pieza artesanal propia y profundamente arraigada dentro de la cultura mapuche en su variante territorial lafkenche, es decir, el espacio cercano al océano Pacífico. Las pilwa son artefactos confeccionados por familias mapuche del sector costero, utilizando la fibra vegetal del chupón que también es conocido en algunos lugares como kiskal o kai. Como buena parte de las obras de artesanía indígena, estos artefactos cumplen doble función, pues son a la vez depósitos de claves estético culturales ancestrales y también elementos utilitarios de uso cotidiano, en este caso, bolsas contenedoras que sirven para mariscar, trasportar productos agrícolas, las compras y diversas faenas domésticas. En tal doble funcionalidad, las pilwa han persistido porfiadamente dentro de los enseres de los hogares mapuche lafkenche, legitimándose por otra parte como obras representativas de la artesanía local.

Sandra Chihuaicura Paillafil, es una artesana que reside en el sector de Conin Budi (Boca o entrada al Lago Budi) de la comuna de Saavedra, región de La Araucanía. Ella aprendió desde muy niña (9 o 10 años) el oficio de la cestería en chupón, que en su caso es una herencia familiar. Sandra, al igual que todas las artesanas de este tiempo, es plenamente consciente del aporte a su gente y a sus costumbres que realiza con su quehacer.

 

Sombrero de mujer aymara tarapaqueña - Angélica Mamani- pueblo Aymara.jpg

Sombrero de mujer aymara tarapaqueña - Angélica Mamani Amaro - Pueblo Aymara

Pueblo de Cariquima, comuna de Colchane, región de Tarapacá

Sombrero de mujer aymara tarapaqueña, es una pieza tradicional aymara que busca poner en valor la expresión cultural de la cestería asociada a la elaboración de sombreros, un elemento cultural esencial dentro de la vestimenta de mujeres y hombres andinos. Los sombreros andinos se confeccionan con distintas fibras vegetales, como palmera, totora, paja huaylla. Para este caso puntual, Angélica Mamani fabricó sus sombreros con cortadera o cola de zorro, hebra que ella recolecta tanto en el territorio de la cordillera Tarapaqueña, cerca del pueblo de Ancuaque, sector de Cariquima en la comuna de Colchane, donde ella reside y también en precordillera, en las inmediaciones de los pueblos de Limaxiña y Usmagama.

El oficio artesano de Angélica Mamani Amaro, proviene por herencia de parte de su padre, quien hasta el día de hoy confecciona sombreros. Las enseñanzas transmitidas, Angélica las ha plasmado en un emprendimiento familiar creado por ella y en el que ha involucrado a sus padres y hermanos. Una de sus motivaciones es la de innovar en el diseño de sus trabajos, manteniendo lo esencial de la identidad aymara tarapaqueña en sus sombreros.

 

Obra Pelero pewenche de la artesana Rosa Pereira Manquepi del pueblo Mapuche Pewenche

Pelero Pewenche - Rosa Pereira Manquepi - Pueblo Mapuche Pewenche

Trapa Trapa, comuna de Alto Biobío, región del Biobío

El pelero en la versión elaborada por las tejedoras del sector de Trapa Trapa, en Alto Biobío, corresponde a un artefacto fundamental y plenamente vigente dentro de los aperos de los jinetes mapuche pewenche. Se confunde frecuentemente su uso con el chañuntuko, al ser usados ambos implementos en distintas posiciones respecto de la silla de montar. En el caso pewenche de Trapa Trapa, el pelero se usa directamente debajo de la montura, en contacto directo con la piel del lomo del caballo. No obstante estar casi en su totalidad tapada por la montura, igualmente el pelero ostenta un elaborado diseño, que integra una decoración característica. Con respecto a la confección del pelero pewenche, Rosa Pereira refiere que desde hace tres años, por medios de la agrupación están comprando lana de mejor calidad fuera del territorio. Para hacer el diseño del pelero se urde con lanas blanca y negra («para que resulte el gen del ojito»), refiere además que en Trapa Trapa para tejer se usan solo las manos y el gerewe.

Rosa Pereira Manquepi es una düwekafe, es decir, una artesana del arte textil mapuche que ejerce su oficio desde que tenía 10 años, edad en la que observando a su madre, aprendió a hilar, adquiriendo así el conocimiento básico, a través del cual comienza a formarse una tejedora. Su trabajo en el telar, lo complementa con el de otras tejedoras con las cuales conforma la agrupación Amuley Ñaña integrada por mujeres tejedoras de Trapa Trapa. 

 

Menciones honrosas

Obra Calcetín pewenche. La trascendencia del ñimin de la artesana Claudia Manquel del pueblo Mapuche Pewenche

Calcetín Pewenche. La transcendencia del Ñimin - Claudia Manquel Huenchucán - Pueblo Mapuche Pewenche

Ralco Lepoy, comuna de Alto Biobío, región del Biobío

El calcetín de lana pewenche tejido a palillos, es una prenda de vestir de uso generalizado entre los y las habitantes del Alto Biobío. Expresa en su materialidad una doble función, pues cumple una importante labor de abrigo para los pies ante el frío clima imperante en ese territorio, sobre todo en invierno, pero también es contenedor de una delicada simbología que manifiesta algunos elementos característicos de aquel paisaje. Cada comunidad el Alto Biobío posee sus propios diseños de ñimin; su propio lenguaje. De esta forma, en esta obra aparece representado el ñimin «pewenkomu» que representa a la araucaria y a una montaña reflejada en el agua. Ñimin es un concepto mapuche que simbólicamente refiere el acto de tejer asociado al acto de recoger o seleccionar uno a uno los hilos de la urdimbre, para así ir construyendo el «dibujo» elegido.

Claudia Manquel aprendió la técnica del ñimin pewenche, de su abuela, su madre y a su vez, de las mujeres más ancianas del sector Ralco Lepoy. Desde los 13 años ella comenzó a dibujar el ñimin. Existe en la tejedora un compromiso que va más allá de la apuesta individual, tal cual sucede con buena parte de las y los artesanos indígenas actuales. Para Claudia Manquel esto se traduce en la conformación de la agrupación We Rayin (nuevo brote), de la cual es su presidenta. Esta agrupación debe su creación en el año 2017 al hecho que las mujeres pewenche estaban dejando de producir el ñimin como consecuencia de la desvalorización de este arte.

 

Obra Poncho chilote del artesano Osvaldo Guineo Obando del pueblo Mapuche Williche

Poncho Chilote - Osvaldo Guineo Obando - Pueblo Mapuche Williche

Isla Cailin, comuna de Quellón, región de Los Lagos

El Poncho chilote, hecho por Osvaldo Guineo, es la versión insular de la prenda de vestir clásica del hombre mapuche. Este artesano aprendió su oficio por iniciativa propia, a partir de los 14 años, sin recibir los conocimientos por herencia familiar, al contrario de la mayoría de las y los artesanos que aprenden desde la transmisión cultural de sus mayores. En este sentido, Osvaldo es un artesano autoformado, el oficio lo aprendió experimentando. El primer telar que hizo fue un marco cualquiera, luego le regalaron un kelwo (telar típico de Chiloé). En cuanto al teñido aprendió de los consejos de otras personas y también fue experimentando. El hilado sí lo aprendió mirando en su casa, ya que es común en el campo para hacer las medias de lana o los chalecos.

 

Obra Tradicional Llepü balai de la artesana Andrea Rifo Maribur del pueblo Mapuche

Tradicional Llepü balai - Andrea Rifo Maribur - Pueblo Mapuche

Huentelolén, comuna de Cañete, región del Biobío

El llepü balai es un artefacto de uso ancestral y ampliamente extendido en los diferentes territorios mapuche. Se usa preferentemente para cernir y limpiar distintos granos una vez cosechados. A la par de su condición utilitaria, el artefacto es también un recipiente de claves estéticas asociadas a su forma, densidad del tejido, entre otras. Andrea aprendió el oficio desde muy niña, observando y eventualmente ayudando a su abuela y su madre en los diversos trabajos asociados a este arte, el que hoy desarrolla en forma individual, pero a la vez como parte de la agrupación Ñocha Malen.

La producción de llepü balai y otros artefactos que realiza Andrea Rifo Maribur, en los cuales utiliza preferentemente la ñocha como materia prima básica, también el coirón y la amófila, tiene como obstáculos importantes para su desarrollo la escasez actual de materias primas, condición común a toda la artesanía tradicional, sea indígena o no, a nivel país. La acentuada desaparición del bosque nativo y su reemplazo por plantaciones de pinos y eucaliptus, se constituyen en grandes problemas para el oficio artesano, ello debido a la escasez de la fibra ñocha, fundamental para la cestería.